Flisa, todo un ejemplo a seguir

No es raro pensar que lo malo siempre se ve más que lo bueno, pero por increíble que parezca, hay empresas y empresarios que actúan correctamente de cara a la responsabilidad. Hasta el momento todo lo que hemos publicado y tratado aquí hace referencia a lo mal que actúan las compañías sin tener una política de responsabilidad social corporativa, lo cual produce que no se le dé importancia a las consecuencias que tienen los actos de una empresa.

La idea de la RSC, en los últimos años, se está ampliando y complejizando constantemente, un ejemplo es el estándar ISO 26000, que detalla cuanto abarca la RSC, desde el gobierno organizacional, derechos humanos, prácticas laborales, medio ambiente, relaciones con los consumidores, hasta involucrarse con la comunidad y el desarrollo.  

Un ejemplo a seguir y tener en cuenta a la hora de observar si la RSC se cumple o no es Flisa, una filial del grupo Once, englobada en el sector de lavanderías industriales y renting de textiles. Esta empresa facturó 100 millones de euros en 2010, dando 2600 puestos de trabajo, de los cuales, un 86% de ellos son para personas con algunas discapacidad física, intelectual o sensorial. En 2011, en plena crisis , Flisa creó 207 empleados, de los cuales, 147 fueron para discapacitados. La compañía tiene 29 lavanderías propias en 12 comunidad autónomas, que en conjunto llegan a procesar hasta 150 millones de kilos de ropa. Dispone de 30 plantas distribuidas por el territorio nacional, cada una de ellas con 100 trabajadores.

Alejandro Oñoro, consejero delegado de Flisa y director general de Fundosa, el grupo empresarial de Fundación Once, recalca lo siguiente. "Hemos derrumbado la idea de que las personas discapacitadas no son competitivas en el entorno laboral o que no son capaces de dar calidad a los clientes".

Oñoro no solo se enorgullece de ello, sino que, a pesar de la crisis, han conseguido avances significativos en empleo y en captación de clientes, teniendo entre su cartera al 80% y 100% de las cadenas hoteleras NH y HUSA, también entre otras destaca AC u hospitales públicos (que representan el 84% de su negocio en el sector sanitario) y privados como Adeslas, Ruber o Capio. "Nuestros clientes valoran el compromiso social, pero también la calidad".

Esto es un ejemplo claro y bueno de como se debe ser una correcta política de RSC en la sociedad aplicada por una empresa, dado que la responsabilidad social, no deja de ser otra cosa que, la integración voluntaria por parte de las empresas de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones normales y sus relaciones con los interlocutores, es decir, con la sociedad.

La responsabilidad social la podemos agrupar en 3 sentidos:

1º La responsabilidad se suele relacionar con el significado de daño o culpa de la empresa hacia algo u alguien y que lo que hay que hacer es reparar el daño causado; pero no es así. Este es un concepto que, a causa del cual desgraciadamente, ha provocado que la dirección de las empresas hayan apartado, por el mero hecho de que parece que se esté actuando mal y la responsabilidad viene a exigir que se repare ese daño causado .

En realidad la responsabilidad social solo dice que se ha de tener en cuenta los bienes y/o acciones que se han realizado y que no sólo hay que ser responsable de ellas sino también de las venideras.

2º La persona, institución u empresa considera que esta es responsable como un concepto causal, es decir, de algo que constituye una causa de una acción.

3º La última pero no por ello la menos importante, trata sobre autores como Ortega o Zubiri que ser responsable no solo implica darnos cuenta de que hacemos, sino también de lo que dejamos de hacer.

Es por ello que una empresa no solo ha de pensar o tener en cuenta a sus empleados, si  las condiciones de estos son buenas o no, sino en las acciones y/o productos que dicha empresa vaya a aportar a la sociedad, o en la forma que los vaya a aportar, es decir, una empresa ha de ser consciente de que toda acción va a tener una reacción y que por ello ha de a de actuar en consecuencia. En el caso de Flisa, para mi es todo un ejemplo a seguir no solo a nivel de responsabilidad sino de humanidad, dado que esas personas aunque tengan algún tipo de problema que por determinada razón no tengan las mismas capacidades que otra sana, ya sea por nacimiento u accidente, no tienen porque ser marginadas del mundo laboral sin que puedan aportar algo a la sociedad y esta a ellos, de una forma no solo eficiente y rentable sino también solidaria, dado que su labor es igual de validad que la tuya o la mía.

Desde aquí nuestro más sincero reconocimiento por este maravilloso logro, que visto hace tan solo 10 años parecía imposible, porque hace tan solo 10 años al hablar de responsabilidad social corporativa en una empresa era sinónimo de mirar hacia otro lado o cambiar de tema, dado que nadie quería hablar de un concepto que implicaba, o por lo menos eso intuían, la adquisición de compromisos más allá de los resultados económicos.