martes, 10 de abril de 2012

Juntos podemos cambiar las cosas

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martes, 3 de abril de 2012

NOTICIAS: Glodman Sachs, en bancarrota moral


Un empleado de la entidad norteamericana se despide de su puesto, acusándola de mantener un ambiente tóxico y destructivo.


Durante 12 años, Greg Smith formó parte de la empresa que ahora considera la encarnación del mal. Hastiado de ver cómo el cliente era el último eslabón en la cadena de intereses de Goldman Sachs, uno de los bancos más grandes del mundo, Smith decidió dejar su trabajo. Pero no lo hizo anunciándoselo en privado a su jefe o enviándole una carta de renuncia. Lo hizo con un artículo en el «New York Times», un periódico cuya tirada supera el millón de ejemplares diarios.

En «Why I am leaving Goldman Sachs» («Por qué dejo Goldman Sachs»), Smith hace un repaso de las razones que lo han llevado a dejar un trabajo que hasta hace relativamente poco tiempo lo satisfacía. «Puedo decir honestamente que el ambiente ahora es el más tóxico y destructivo que he visto nunca», explica Smith, ex director ejecutivo y líder de la unidad encargada de gestionar el patrimonio de productos derivativos estadounidenses de la compañía en Europa, África y Oriente Medio.

Para Smith, la pérdida de una cultura empresarial basada en el trabajo en equipo, la integridad, la humildad y el interés de sus clientes son la mayor amenaza que la empresa ha encarado en su larga historia de supervivencia, por encima de la crisis de 2008, cuando el hasta entonces banco de inversión tuvo que convertirse en un banco comercial para poder evitar la bancarrota.

La atípica carta de renuncia apareció publicada el miércoles 14 de marzo en la última página del diario, aquella donde se publican piezas escritas por personas que no están afiliadas al equipo editorial del periódico. El texto de Smith iba acompañado por una alegórica ilustración en la que se podía ver un buitre que se aleja de su bandada, la cual continúa devorando los restos de lo que parece haber sido otro animal.

Clientes como «teleñecos»
Smith, quien participaba activamente en el proceso de selección de jóvenes graduados para el banco, supo que había llegado el momento de marcharse cuando se dio cuenta de que no podía seguir mirando a los estudiantes a los ojos mientras les explicaba el maravilloso lugar que Goldman Sachs era para trabajar. «En los últimos doce meses he escuchado a cinco gestores diferentes referirse a sus clientes como “teleñecos”», apunta Smith, quien confiesa que le enferma la manera tan insensible con la que algunos de sus ex compañeros hablaban de sacarle los cuartos a sus clientes.

El ejecutivo tiene muy claro a quién apuntar cuando se plantea de quién es la culpa de este deterioro de la «fibra moral» del banco. En su diana están Lloyd Blankfein y Gary Cohn, quienes ocupan los cargos de director ejecutivo y presidente respectivamente. Smith argumenta que en los últimos años el mando del banco ha valorado más a aquellos empleados que traían más dinero a la compañía frente a los que basaban su trabajo en ideas y hacer lo correcto. «Goldman Sachs se centra demasiado en los atajos y no tanto en los logros», añade Smith, quien ve en este viraje otra seña de la mentalidad cortoplacista que impera en el banco.

Las reacciones al texto no se hicieron esperar. En los mercados, el valor de Goldman Sachs cayó en 2.150 millones de dólares después de que sus acciones perdieran un 3,4% en el índice 500 de Standard & Poor’s. Dentro del banco, Lloyd Blankfein y Gary Cohn optaron por tratar de ahogar la opinión de Smith en un mar formado por otros empleados que aún mantienen su orgullo y fe en el banco. «En una compañía de nuestro tamaño, no es sorprendente que algunas personas se puedan sentir descontentos. Pero eso no representa a nuestra empresa de más de 30.000 empleados», explicaron en un memorandum en el que reconocieron que, aunque están lejos de ser perfectos, esperan que sus empleados encuentren las palabras de Smith «ajenas a su situación».

El mensaje también corrió como la pólvora entre los mentideros de Wall Street, donde la crítica de Smith tocó una fibra que muchos habían tratado de insensibilizar. «Me temo que es un negocio que genera muchos conflictos de intereses», reflexionó Paul Volcker, el economista y exdirector de la Reserva Federal de Estados Unidos, durante una conferencia en Washington.

Entre las voces que apoyaban a Smith emergió la de Henry Goldman III, bisnieto de Marcus Goldman, fundador del banco. «Creo que fue certero», reconoció a la revista «Business Insider» Goldman, quien vio en el artículo una advertencia para el cliente y un reflejo sobre la situación en general de Wall Street.

La nota de Smith también ha sido profusamente parodiada en internet. La web satírica «The Daily Mash» publicó «Por qué dejo el Imperio, por Darth Vader» y «The Borowitz Report», la web del cómico Andy Borowitz, publicó una versión alternativa a la reacción de Lloyd Blankfein en la que el director reconocía que había sido un error contratar a alguien con conciencia y aseguraba a sus clientes que no debían preocuparse: «En Goldman Sachs nos enorgullecemos por nuestra habilidad por peinar las universidades en busca de los mejores sociópatas que el dinero puede comprar».

Información del periódico ABC: http://www.abc.es/20120326/economia/abci-goldman-sachs-bancarrota-moral-201203261045.html